Séptima función-Ensayo sobre la realidad-Se ruega leer con atención las siguientes líneas, cualquier plagio o distribución de estas sera agradecido.

Tiempos diferentes necesitan técnicas diferentes, los intelectuales y los artistas actuales deben encontrar nuevos caminos y nuevas formas para sus obras. El arte moderno no logra trascender en esta era: La televisión, la política, el Messenger, los megamercados, la miseria a gran escala lo han hecho. Se trata de un mundo diferente, tal vez en las antiguas formas renacentistas o de cualquier otra ideología pasada podamos encontrar caminos ya andados, pero no se trata de eso, sino de emprender nuevos viajes.

La vida, ¿Realidad o Ficción?

El hombre se considera libre cuando tiene el control de su vida, una novela del siglo XVI dijo que la vida es sueño, miles de años antes el budismo se fundamentaba en que la vida solo se trataba de una ilusión.

La vida. Son nuestros sentidos los que construyen la realidad, una realidad que se muestra cambiante: Que aparece y desaparece en función de la maquinaria mental que interpreta las distintas secuencias de la vida. Estamos en un mundo cambiante, que desaparece tras cada paso.

Las ilusiones se dan como consecuencia de nuestros sentidos imperfectos. A veces nos topamos con realidades engañosas, un mundo habitado por imágenes cambiantes, escenarios que aparentan una vida real por su sofisticación y perfeccionamiento.

Ante esta sospecha de irrealidad surgen dudas, indicios de que nos encontramos inmersos en una representación teatral de la que solo somos buenos o malos actores que se mueven según manda el guión.

¿Y si sólo somos entes atrapados en el teatro de las pasiones? (el amor, el odio, el bien y el mal, la euforia y el miedo…) todo dentro de un complejo sistema manejado por entidades que se mantienen ocultas con el fin de utilizar nuestra energía, trabajo y mente en beneficio particular ¿y si todo fuera un complicado montaje que escapa a nuestro conocimiento y de alguna forma nos ha sido impuesto?. Cual autómatas que creen dominar sus actos, interactuamos con variados elementos (entre ellos otros autómatas de distinta raza, sexo o religión) de alguna forma la libertad es un mito, un concepto engañoso.

Una estructura social artificial

El mundo actual se caracteriza por engancharnos con una sociedad de la simulación programada con fines egoístas, vidas preestablecidas, personas (si se les puede llamar así) ejemplarmente adormecidas, inconcientes, completamente alienadas.

Es así que parte de nuestras vidas se vuelven extrañas, carentes de esencia, inmersos en rutinas artificiales que nada nos inspiran, sobrevivimos en el laberinto, de espaldas a una escena espiritual propia.

Las relaciones sociales (amigos, familia, pareja) cada vez resultan mas débiles y artificiales. Entidades oscuras se disimulan en nuestra realidad, seres que cambian hábilmente la representación teatral donde aparecen y desaparecen una serie de personajes como en una pasarela de disfraces.

¿Qué voluntad entonces nos dirige?

Los grupos económicos gobiernan (construyen y dirigen los actos), con la ayuda de disciplinados lacayos montamos la representación del “día a día”. Un escenario donde el aire es contaminado con plomo, donde los ríos son vertederos de sustancias tóxicas, un mundo donde la guerra, la delincuencia, la miseria, la enfermedad…son recurrentes y reales para muchos, realidad que de alguna forma es maquillada y finalmente ignorada: De manera que la muerte, el dolor, el sufrimiento ajeno, el llamado desconocido de la angustia, se nos presenta de forma fría a través de una pantalla de TV, o de la prensa escrita. Un exceso de morbo o información catastrófica actúa como narcotizante que nos impele a ignorar el padecer de un ser humano igual a nosotros, cuando ello nos tendría que producir un pánico paralizante.

Los poderes económicos son los principales beneficiarios del sistema alienador. Unos pocos dominan y explotan las vidas de los que viven del otro lado del muro, obra de un pequeño grupo de artífices que se sirven de instrumentos de carne y hueso (políticos, sacerdotes, militares, periodistas) provistos de avanzadas tecnologías y armamentos para mantener el control sobre nuestras vidas.

Vidas Programadas

La falta de libertad, aunque no la percibamos es prácticamente total. A lo largo de cualquier jornada de esta existencia, nuestros movimientos y actos están controlados de diversas maneras: horarios, prejuicios, pautas sociales impuestas y aceptadas, barreras educativas y económicas, sociales…la mente humana controlada por los poderes económicos pasó a ser un productor de energía, trabajo y consumidor al servicio de los dueños del mundo.

Lo que persigue este sistema es uniformar a todos bajo un absoluto control, según su afán globalizador (el monopolio, el imperio) y de acuerdo al único pensamiento neoliberal obtener el mayor rendimiento del trabajador, reducir los gastos y maximizar la ganancia.

El mundo es un teatro en el que son atrapadas todas las personas para entretenerlas sin pensar en nada que pueda desestabilizar el sistema. El papel narcotizante lo desempeñan la televisión, el fútbol, la religión, el alcohol, la música industrial, el morbo, el culto al dinero, la vanidad, etc…costumbres creadas por los diarios, los programas de TV: La repetición de las normas de comportamiento impuestas por los dueños del mundo nos llevan a comportarnos de una forma y no de otra. A actuar según ellos quieren, para ello se sirven de la publicidad, la “industria del espectáculo y el entretenimiento”, la religión, el sexo, programas que se introducen y habitan como voraz gusano dentro de nuestras mentes. Gusanos creados para mantener a todos atrapados en el mundo artificial que nos mantendrá a su servicio sin sentir ni pensar.

La sociedad nos pone toda clase de trabas para que no percibamos la esencia individual de nuestra persona. Nos entretiene, nos crea una malla de ilusiones egoístas que nos alejan de la meta del conocimiento interior (conciencia). La única vía posible para escapar de esta realidad ilusoria.


La puerta de salida

Lo cierto es que jamás podremos escapar de esta falsa realidad. Atrapados en reacciones químicas que nos obligan a odiar y amar, esclavos de las pasiones, la ambición, el odio, la crueldad, el hambre, el morbo, la sed, el egoísmo, el virus está en el aire, los respiramos.

La única puerta de escape la encontramos en nuestra mente. Es necesaria la meditación, el ejercicio del pensamiento como instrumento de unión con uno mismo, pensando lo que quiere decir viviendo, y no solo existiendo físicamente sin pensar.

La guerra es contra nuestro propio ego contaminado contaminado por el virus del sistema instalado en nuestras mentes: vencer supone alcanzar un grado de conciencia que nos permita escapar del laberinto y liberar nuestro espíritu del programa que nos subyuga: quizás en esta vida, quizás en un universo distinto.

El conocimiento

Estamos en el desierto, miramos a la derecha y un árbol surge a nuestra izquierda. Giramos a la izquierda; el árbol desaparece y crece ala derecha. Vemos hacia atrás. El árbol aparece delante. Miramos hacia delante, el árbol brota atrás. Abrimos los ojos para ver si estábamos rodeados de árboles: nos convertimos en el árbol.

Sean realistas: Pidan lo imposible: “No hacemos otra cosa, lo imposible es el pan en cada boca, una justicia de ojos lúcidos, una tierra sin lobos, una cita en cada plaza al término del día. Vamos de la mano del sueño a la vigilia. –El cree que las palabras le siguen muy de cerca. A veces hasta trata de sorprenderlas y de súbito se vuelve cuando camina por la calle. Sin embargo, no las puede ver. Acaso se esconden delgadas como son, detrás de los árboles y los faroles. Acaso le siguen tan de cerca que las lleva adheridas a la espalda, y en ella se amontonan tumultuosamente, sin que pueda alcanzarlas- Julio Cortazar, “Cronopio Mayor”