Tuesday, October 24, 2006

Sexta función-El Retrato Oval-¿Es el arte el reflejo del amor mas puro, o es acaso el amor lo que succiona el arte cual mortífero vampiro?






"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante".

Oscar wilde










El Retrato Oval

Habiendo hecho refugio en aquel
castillo improvisado, embebido en
sueños y quimeras fantasmales,
hube dejado a las bacantes, y declinado
el banquete. La noche cómplice de
ardides y mofas de los vivos
indujo en mí, medio herido del alma y
del cuerpo, con ulterior fuerza a hacer el
camino hacia mi pieza, eche a andar los
pies entonces por la fría piedra a la alta
torre, miráronme los ojos del castillo,
con ojos de león o de demonio,
de ambos tal vez, exaltados,
como en el acto de una cópula infernal.

Atroces bramidos dejaban desgarrar las
olas de azul y plata, y arremetían
brutalmente los peñascos
De obsidiana, con la fuerza y el horror
¡Con que el enterrado vivo rasga el ataúd!

Habiendo caminado de seguro, bajo
alguna suerte de hipnosis espectral,
hice la entrada por fin a mi ansiada habitación,
deje caer las botas mancillando el rojo virginal
de aquella inmaculada alfombra,
despójose mi cuerpo del húmedo y pesado saco,
y cerrando las ventanas al gusano helado
que enfermaba la recámara, dispuse
de un antiguo tomo de perdida ciencia.

Una vez hube descansado el cuerpo
sobre aquella cama de olvidadas noches,
y habiéndome enredado entre las sabanas
y la voluptuosidad que respiraba de sus
crímenes antiguos. sin emerger de lado
alguno percibió mi psiquis estentóreas melodías,
difusos acordes fuéronse tornándose cada vez
más claros, sin duda era la lira del querido Orfeo,
decidida a llevarme a los oscuros abismos
del ensueño, y era mi psiquis la Eurídice en el hades
dispuesta a no voltear.

Pero hube de notar al momento de
entregarme a los placeres indecibles del
ensueño, guiado por la luz de
un candelabro, en la mas imperceptible
ubicación, el retrato de una joven clavado en la pared.

Era una joven de belleza parnasiana,
pintada por el trazo, sin duda, de algún
onírico pintor, la expresión antigua y
solemne con ojos del inicio de los tiempos,
el cabello negro y lacio de faraónica beldad,
la piel de blancura fantasmal, cual niebla
sobre el lago en el mes de la humedad,
era sin duda una niña haciéndose mujer de,
belleza inmortal, el marco oval de escasos arabescos
y el conjunto todo, imprímanle la vida misma
a aquel retrato oval.

Corto con un puñal entonces, mi inquietud
por el retrato las somníferas notas de Orfeo,
que tejidas como seda de mortal araña inducían
en mi ser al sopor más profundo,
hubiera sido absurda toda lógica comparativa
entre el retrato oval y el resto de pinturas,
que parecían transitar entre la tierra y el hades,
ni vivas ni muertas, pero de olvidados nombres,
hube de encontrar entonces el vetusto panfleto
descriptivo de toda obra, en esta mi improvisada
habitación en alta torre enclavada.

Busque en seguida entonces,
con la ansiedad de quien comete un crimen,
la descripción correspondida a aquel retrato oval:

-“Era una doncella de singularísima belleza,
delicada como un siervo y amante de cada
cosa en este mundo. Pero funesta la hora en que vio,
amó y se casó con el pintor, el onírico pintor,
que había celebrado el himeneo con su arte.

Y estuvo sentada ella dócilmente en la sombría y
elevada cámara de la torre, donde la luz caía sobre
el lienzo solo desde arriba, pero el pintor,
hombre apasionado y vehemente,
tomo suma atención a su obra, hallaba un férvido
y abrasador deleite en su tarea.
Mientras se negaba a ver como los colores que esparcía
en el lienzo eran arrancados de las mejillas
de aquella flor tan viva que tanto amó.

Quedaba poco por hacer, una última
pincelada en los ojos y en los labios y el
espíritu de la doncella vaciló
como la llama en la concavidad de
alguna lámpara nocturna.

Y esgrimida fue entonces la pincelada final,
contemplando la obra consumada
el arrobado pintor, tembloroso y pálido
se oyó gritando a viva voz:
¡Esto es realmente la vida misma!,
volvió súbitamente los ojos hacia su amada:
- ¡Estaba muerta!”

(basado en el cuento "El retrato Oval" de Edgar Allan Poe)

2 Comments:

Blogger XYZ said...

mmmmmmmmmm no lei todo te soi sincera pero sabes algo?... mmmm apenas lei la palabra FANTASMAS.. me identifike =S... ahorita.. simplemente estoy en mi etapa de depresion =S asi de sencillo... hoy natsumi no existe =S

7:42 PM  
Anonymous Anonymous said...

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